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Retrato de un líder: John MacMillan, hijo

El tercer presidente de Cargill aporta grandes ideas y un estilo empresarial resuelto para impulsar la innovación y la expansión de la empresa.

January 01, 2015

Ya sea para rediseñar barcazas y remolcadores o para negociar con la Junta Comercial de Chicago, el presidente John MacMillan, hijo, tuvo el intelecto, la energía y la imaginación para ayudar a la empresa a obtener grandes ganancias durante su mandato.

Asistió a la Universidad de Yale y luchó en Francia durante la Primera Guerra Mundial antes de regresar a Minnesota para unirse al negocio familiar como comerciante en el recinto bursátil de lo que se convertiría en la Bolsa de Cereales de Minneapolis. Su naturaleza audaz lo ayudó a escalar puestos rápidamente hasta llegar a ser gerente general de operaciones de Cargill, un puesto que lo prepararía para su futura función como presidente.

Cuando su padre, John MacMillan, padre, se retiró como presidente en 1936, John, hijo, se convirtió en el tercer líder de Cargill. Y si bien su carácter se adaptaba al legado de su padre y su abuelo (el fundador W. W. Cargill), John, hijo, aportó a la empresa un nuevo estilo de liderazgo único.

Como presidente, John, hijo, era expresivo y contundente. Podía parecer difícil trabajar con él porque tenía una tendencia a dominar la toma de decisiones, pero muchas personas que trabajaron con él también lo describieron como una persona encantadora. Sus compañeros lo consideraban uno de los hombres más inteligentes que habían conocido, y le ofrecieron su lealtad y respeto. Si bien John, hijo, era un rápido pensador con un ojo para los detalles, también podía ver el panorama completo e identificar maneras para que sus varios proyectos posicionaran mejor a Cargill para el futuro.

La naturaleza curiosa de John, hijo, derivó en muchas soluciones innovadoras para Cargill, incluida una cantidad de nuevos diseños de estructura que cambiaron la manera de trasladar los cultivos. Para crear un diseño de barcaza más eficiente, ingresó a la industria naval, un movimiento audaz para una empresa de comercialización de la época. Para mejorar las capacidades de almacenamiento de cultivos de Cargill, desarrolló un nuevo elevador terminal utilizando su idea de un gran contenedor, “Big Bin”, para contener volúmenes significativamente más grandes de grano a granel seco que los métodos estándares.

Interesado en adaptar un concepto de nutrición todo en uno, John, hijo, realizó sus propios ensayos para crear una fuente de nutrición en base a soja para consumo humano. También produjo varias patentes para diversas industrias, incluidos el desarrollo de nuevos métodos de construcción, un propulsor de embarcaciones más eficiente e incluso un rediseño de paquetes de cigarrillos. Si bien no eran convencionales para la época, muchas de las ideas de John, hijo, se convirtieron en importantes ventajas para la empresa. En última instancia, su hábito de asumir riesgos medidos dio sus frutos: durante su mandato como presidente, la empresa alcanzó la suma de 1000 millones de dólares en ventas por primera vez en la historia.

Sin embargo, no fue solo el espíritu asertivo y experimental de John, hijo, lo que impulsó la expansión de Cargill. En 1936, la empresa demandó a la Junta Comercial de Chicago, que a su vez expulsó a Cargill de la Junta por manipular el mercado del maíz. A final, la confianza y la disposición de John, hijo, para seguir su propio curso permitió a Cargill emerger de la situación con su reputación intacta y su posición en la industria más fuerte que nunca. La empresa era por primera vez el centro de atención, y John, hijo, era el personaje del momento en las revistas Fortune y Business Week, y apareció en la portada de esta última.

En 1960, John, hijo, falleció repentinamente, dejando atrás un legado de fortaleza y expansión. Ayudó a Cargill a solidificar su estado como empresa con la confianza para abrir su propio camino, mientras al mismo tiempo se mantenía un agudo margen competitivo.